sábado, 30 de abril de 2011

CONTROLAR EL DESCONTROL

Asistimos, un poco sorprendidos, a la indignación de los propietarios de los boliches que nunca vinieron las matinés, hoy casi desaparecidas, porque ahora se mezclan chicos y grandes. Y hay consumo. El consumo del alcohol es el inductor químico de la posterior necesidad de abusar de drogas ilegales. El alcohol está en el comienzo, acompaña al consumo y se encuentra en la bajada de los picos de abuso. Después, ayudaron a difundir los estimulantes llamados "energizantes", una mistificación y un engaño. Lo que hacen es evitar la percepción, por parte de la persona que lo consume, del cansancio y del avance de la fatiga, con lo cual puede seguir en actividad frenética hasta que el agotamiento de fuerzas lo haga desplomarse.
En realidad, la percepción de fatiga es parte del mecanismo que nos permite interrumpir una actividad. Está claro que el abuso de sustancias se basan en creer que el consumo abusivo es inocuo.
La familia, las iglesias de diverso tipo, las reuniones de padres preocupados, son los instrumentos que disponemos. Se nutren en las experiencias que en España, y ahora en Córdoba, vienen padres y jóvenes comprometidos con una
VIDA SANA que realizan reuniones con juegos, interacciones pautadas, posibilidades de intercambio directo entre jóvenes que en el boliche son esquivas.
De un lado, los jóvenes que proponen diversiones más sanas, sus padres, las ONG que canalizan estas preocupaciones.
Alertar sobre los daños que produce el consumo descontrolado de alcohol y drogas. ¿Quién tendrá razón?
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